miércoles, 17 de febrero de 2010

La Renuncia. AEB

Siempre he admirado el verbo de A.E.B., he aquí uno de sus tantos poemas para compartir.

He renunciado a ti. No era posible
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.
Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...
He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;
Como el que ve partir grandes navíos
como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos brios
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;
Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.
He renunciado a ti, como renuncia el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales en los escaparates de las confiterías...
He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, !cuantas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!
Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...

jueves, 4 de febrero de 2010

Poemas al margen, 1

Hoy he vuelto, Señor, quiero volver.
Ayer me fui, tras un espejismo:
quería vivir, ¡quería vivir!
Quería ser libre, lejos de ti.
Hoy he vuelto, Señor, quiero volver.
No me trates como a uno de tus hijos:
todos tus dones, yo destruí.
Enterré tu don, lejos de mí.
Hoy he vuelto, Señor, quiero volver.
Y tu abrazo se confunde con el mío:
has salido a mi encuentro, Tú primero,
y tu beso me cubre todo entero.
Hoy he vuelto, Señor, quiero volver.
Delante de ti arrepentido:
ayer, ayer, sólo fui un bandido,
me tocó la comida de los cerdos.
Hoy he vuelto, Señor, quiero volver.
Y que Tú me des de tu alimento,
como a un siervo, Señor, como a siervo.
De todo lo que hice me arrepiento.
Hoy he vuelto, Señor, hoy he vuelto.
Tanta bondad sé que no merezco,
no has dejado que hable, y en tu beso:
una lágrima tuya, siento… siento.
Hoy he vuelto, Señor, quiero volver.
Y Tú me tratas como a hijo, lo agradezco,
quiero vivir, Señor, en cada gesto,
la paz que tú das al regreso.
Hoy he vuelto, Señor, quiero volver.

Mayo, 2008