miércoles, 27 de enero de 2010

Era negro, 1

El padre Jaime estaba colgado de la viga principal de la casa cural. El mecate alrededor de su cuello denunciaba su última crisis. Su última decisión. Ya estaba muerto, y bien muerto, según los testigos. Era sólo un cuerpo atado a una viga. Un péndulo sin vida.
Todos los que entramos a la casa, retrocedimos asustados. La impresión de la muerte se apoderó de nosotros. ¿El padre Jaime ahorcado? La muerte galopando por todo “El Valle”. ¡Fin de mundo! El cura ahorcado… ¿quién lo diría? ¡Quién lo diría!

1 comentario:

  1. Una profesora de filosofía que tuve se molestaba porque me gustaba escribir cuestiones importantes a pie de página. Era importante, pero estaba al pie, al margen. ¿Quién dice que no hay cosas importantes al margen?
    Cuando escribí "era negro" estaba pensando que muchas veces tenemos imágenes falsas de Dios, y cuando alguien se sale de nuestros esquemas lo solemos condenar. Pero Dios no condena. ¿No es esa nuestra mayor contradicción?

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