martes, 26 de enero de 2010

Poemas de vida, poemas de muerte, 14

Era el momento,
no se podía esperar más,
había que actuar,
y había que hacerlo pronto. Todos éramos actores,
por eso estábamos allí:
para demostrar
aquello que pocos
se atreven, siquiera, nombrar...
porque el miedo es más fuerte que el amor,
el miedo es más fuerte que el odio.
Era el momento,
sin darle importancia a nada,
se debía actuar.
Todos sacamos nuestras máscaras
- era más fácil así-:
sin demostrar nuestras verdaderas caras,
ciertamente, es más fácil actuar.
Recuerdo
-como pocos recuerdan ya-
como era mi máscara,
la que con tanto trabajo labré,
la que moldeé con mis propias manos,
... era una máscara perfecta:
¡LA mejor!
Era el momento,
nadie podía esperar tanto,
ni siquiera yo podía,
las máscaras no podían,
las manos crispadas
de odio no podían:
nada ni nadie podía.
Éramos actores
y debíamos actuar.
La ciudad estaba oscura,
las tinieblas la envolvían,
no podía ver,
¡miento!...
... ¡Podía ver las máscaras!
El show había empezado:
miles de máscaras danzando
de un lado a otro...
¿qué buscaban?
No lo sé.
Tal vez, me buscaban a mi,
tal vez, te buscaban a ti,
tal vez,
tal vez, se buscaban a si,
querían saber qué escondían,
cuál era el rostro que cubrían.
-Todos usamos máscaras,
y luego es demasiado tarde,
las máscaras nos aprisionan
hasta dominarnos por completo,
no hay marcha atrás:
nos convertimos en máscaras-.
Era el momento,
y no se podía esperar más.
Éramos actores
-con mil y una máscara-,
y debíamos actuar.
Era el momento.
-Se escucharon gritos de silencio:
las máscaras caen-.
Era el momento,
el momento de la rebelión,
de la rebelión de los hombres,
los hombres contra las máscaras.
Era el momento.
Dejamos de ser actores:
ya no teníamos que actuar,
las máscaras cayeron...
fue un golpe tremendo,
un ruido sordo se dejó oír,
mientras el silencio
envolvía el lugar
y las tinieblas se retiraban,
para dar paso a la luz.
Ya no se veían las máscaras,
ahora habían rostros,
rostros que iban,
rostros que venían,
rostros que andaban
de un lugar a otro...
rostros que se encontraron,
se encontraron a sí mismos,
se liberaron de sus máscaras:
eran libres y amaban.
Era el momento.
Nadie podía esperar más...
...y nadie esperó... .

(1997)

1 comentario:

  1. Buen escrito ññ
    Te seguiré :_)
    Cuando tengas tiempo pasate por mi blog, me encantaría tu opinion

    saludos

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