viernes, 22 de enero de 2010

Historia de un damnificado 2 (2000)

Valeria está llorando... no ha parado de llorar...
Valeria, esa noche, fue a dormir temprano... Ella no sabe qué ocurrió... esa noche, como ya dije, se acostó temprano... y despertó en otro sitio...
Esa noche, ella volvió a nacer...
Quedó en la calle, es cierto, sin más pertenencias que su propio cuerpo... Cuando despertó, se encontraba flotando, a la deriva, en un río de agua que arrasó con todo lo que encontró a su paso... también se la llevó a ella...
El río, que salió de la nada, se llevó a Valeria... sin embargo, no le hizo ningún daño... parecía, más bien, que la llevaba con mucho cuidado... casi se diría que no quiso despertarla... el río depositó a Valeria al pie de la montaña, cual si fuese ella una ofrenda a una deidad suprema... al Creador...
Esa noche, Valeria volvió a nacer...
Y nació más hermosa... su cuerpo desnudo dejaba transparentar su alma... por eso, a nadie suscitó pensamientos morbosos... era un cuerpo hermoso iluminado por la más preciosa de las luces...
Valeria desconoce el paradero de su familia... por eso, no ha dejado de llorar... pero, además, Valeria confía mucho en Dios, y está agradecida de su don... por eso, no ha dejado de llorar...
Valeria espera volver a ver a su familia... ¡la ama tanto!... Sin embargo, está presta a escuchar la voz de Dios, para ella, es un don que Dios tenga, cerca de sí, a su familia... es un don preciosísimo porque ella cree en la Resurrección y en al Vida Eterna.
Claro, Valeria no puede dejar de estar triste... porque ella ama mucho a su familia... y se sentía realmente amada por ésta.
¡Ah! ¡Quién fuera Valeria!
¡Quién fuera la Valeria que volvió a nacer esa noche!
¡Quién fuera la Valeria que está llena de Amor!

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